Es fácil sentirse culpable cuando se tuvo todo
Así nos enseñan y nos controlan
Las culpa y yo nunca nos cruzamos
Yo devoro mis pecados con obstinación asnal
Son mieles nutritivas que me sobreviven
Me sobreentienden
Prefiero rodearme de pirañas
que de culpables
Así nos enseñan y nos controlan
Las culpa y yo nunca nos cruzamos
Yo devoro mis pecados con obstinación asnal
Son mieles nutritivas que me sobreviven
Me sobreentienden
Prefiero rodearme de pirañas
que de culpables
2 Comments:
Coincido.
La culpa sólo sirve para sí misma; para autoperpetuarse en la excusa de los deberes y la fragilidad de las gargantas.
Celebro, pues, las mieles que te sobreviven... (qué belleza ver mieles más allá)
Es la miel
la zanahoria que me mueve,
aunque el viaje sea lento
y pesada la carga
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