viernes, julio 20, 2007

Pasó el tiempo sobre mi, casi sin darme cuenta.
Me encerré en mi, me alejé de todos,
pero encerré conmigo a todos ustedes, en mi alma, amigos entrañables que me hicieron tan feliz, aún en mis más profundos dolores.
Nunca los olvidé, nunca voy a olvidarlos,
son parte de mi, como mis entrañas, mis ojos, mi corazón.
Núnca pude agradecerles debidamente.
Quizas alguno lea estas líneas, o tal vez no,
pero quiero agradecerles todos esos años que acompañaron mi melancólica existencia.
Gracias Carina por los sábados de boliches y los domingos de dulce de leche.
Gracias Marisa por cuidarme y abrigarme del frío cuando dormida mis borracheras en algun rincón del boliche.
Gracias Etel, Soraya y Coneja por los interminables cambios de ropa antes de salir de joda, y que jodas!
Gracias Andrea por ser tan buena mina.
Gracias Vanina por todas las veces que nos hicimos el aguante, por acompañar las interminables horas de frío sentadas en el piso de la peatonal y los viajes a santa fe para vender alguna artesanía. Por no irte con el uruguayo. Por ser mi amiga y confidente. Por los cuelgues que terminaban en las más insolitas remodelacioes de la casa. Te acordás cuando pintamos lo pocos muebles que teníamos de todos los colores que encontramos en la bolsa de Andrés cuando se había ido de mochilero al Perú? de las veces que llegabamos a las 6 de la mañana y automaticamente cocinabamos unos exquisitos fideos con mayonesa antes de dormir. Gracias por los ataques de risa incontrolables y el llanto bajo aquel arbol de la plaza.
Cuando tratabamos de vender carteles, botellas o lo que fuera para coseguir unos mangos, cuando recorriamos las regalerías ofrecendo nuestras artesanías a un módico precio.
Gracias Gabriela por compartir todo con nosotras, por las aventuras en la Barra del Puerto, en el Borda, en Consulado, en Establo, etcs., por las veces que mangueabas a tus conocidos puchos y bebidas que clandestinamente compartías con nosotras. Y tu fascinación con Fito.
Gracias Abel por aceptarme y cuidarme, por preocuparte aquella vez que salí a comprar puchos y volví tres días después, jeje.
Gracias Andres por hacerme compañia y filosofar tantas veces conmigo cuando me sentia miserablemente autista y sola.
Gracias Cheche por tu tranquilidad contagiosa. Por el mural que pintamos en mi casa con las pinturas que dejo olvidadas Andres y que después de una larga noche de truco y varias botellas de gancia el flaco confundió con la puerta del baño, jaja, como nos divertimos cuando vimos desparamado en el piso toda su longitud.
Gracias Bocacha por las charlas surrealista que tantas veces compartimos.
Por los interminables partidos de truco que haciamos en casa y toda esa gente maravillosa que conoci con ustedes: el Flaco espineta, que me enseño a hacer mis primeras artesanias (mandalas), el flaco mansilla, trepo, gustavito, gines, mindy, choper, conde y tantos otros.
Gracias Mona por quererme a pesar de los papelones que hicimos, jeje.
Tonito, te adoro por tu tranquilidad y ese espiritu de paz y amor con el que te conoci.
Por las veces que llegaban a casa con un paquete de arroz, un par de cebollas, algunos tomates y demás insumos sacados clandestinamente de sus hogares para el gran guiso que acostumbrabamos a hacer en casa.
De las comidas comunitarias, de las veces que Mindy se calzaba esa campera gigante para ir al Spar y traerse algun paquete de salchichas o picadillo camuflado en algun recobeco.
Gracias al kiosco Freddy (Mariela) de calle Gualeguaychu que tantas veces nos hizo el aguante, donde empeñabamos el documento por un par de cervezas o pediamos alguna moneda o un pucho a los transeuntes y nos quedabamos horas mirando los autos pasar.
Por esos años maravillosos que compartimos les agradezco y los amo profundamente, aun en el silencio.
Gracias por su amistad, ansío el reencuentro!!!!